Muchas veces nos aferramos por las
responsabilidades y los tantos compromisos que frecuentamos en el día a día y
olvidamos pronunciar aquella palabra tan pequeña pero que a la vez guarda un
valioso significado, GRACIAS.
Además de agradecer por la bendición de un
día más de vida y todo lo hermoso que tenemos a nuestra disposición, también
debemos agradecer cada detalle, cada gesto, y me refiero a todo lo que
recibimos de los demás, un saludo, un abrazo, un beso, un consejo, y si
continuo no termino.
Dar gracias a los demás no cuesta nada, tener
un gesto de agradecimiento es cultivar buenos valores éticos y morales, pero
además es escudo de humildad. Agradecer es tan simple y a veces tanto que nos
cuesta, debemos cultivar la gratitud.
Y lo más importante, es dar gracias de
corazón, que lo sentimos de verdad no en espera de los demás lo reconozcan o lo
resalten.
Si tus prójimos no saben dar gracias, se tú
el puente para enseñarles ese distintivo tan crucial en la vida. Toma tú la
iniciativa de buenas costumbres, y tendrás la recompensa que al final aportaste
a algo sumamente indispensable y positivo.
GRACIAS, es una palabra bien cortita, pero
guarda un extraordinario y especial significado. La naturaleza es rica en diversos
factores, pero lo somos aun más nosotros en poseer todo aquello que emana de
ella. GRACIAS, por la vida, por la familia, por la salud, las amistades, por
los compañeros de trabajos, por un favor recibido, por un bien económico, en
fin, GRACIAS por todo.
Cuando expresas un GRACIAS estas creando y
abriendo nuevas puertas en la vida y a la vez mantienes otras siempre prestas a
colaborar.
Si no eres agradecido/a, nadie podrá hacerlo
por ti. La vida es tan bella, que con el simple hecho de estar vivos debemos
estar eternamente agradecidos con Dios. Así que no dejemos que los afanes de la
vida nos aparten de mantener y cultivar el gesto más noble que un ser humano
puede tener, el del agradecimiento.
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