La fotografía fue una de las escasas actividades que estaban
permitidas a la mujer a finales del Siglo XIX y principios del XX, en Estados
Unidos y Europa, cuando se produce un empoderamiento femenino en el que es
relevante el papel de la fotografía.
Yisel Dorrejo, nacida en Monción, es hija, esposa y madre de
tres hijos. Lleva la fotografía en los genes. Incluso, muchos dicen que nació
con ese talento. Y este año celebra 10 años como
fotógrafa profesional.
“Hace diez años sentí el deseo de adquirir conocimientos con
la finalidad de conocer el manejo de un equipo profesional, sin pensar en hacer
fotografías a nivel comercial. Comencé hacer fotos a mi familia y amigos, y las
publicaba en las redes sociales. Para mi sorpresa lo que hacía con tanta
pasión, fue gustando y fue así donde mucha gente empezó a contactarme para que
captara los momentos especiales de sus vidas. Mis amigos y clientes dicen que
tengo ojo para captar con mi cámara el momento perfecto¨, narra Yisel Dorrejo.
Añade que “la fotografía representa todo sobre mí, mi trabajo
tiene mi sello, el cual he descubierto a lo largo de este tiempo. Me entrego a
cada trabajo que realizo”.
Para una buena toma fotográfica Yisel Dorrejo, sugiere algunos
aspectos imprescindibles: buena iluminación, que el cliente o modelo tenga
confianza en el profesional de la fotografía, su expresión, texturas, armonía
de color y el enfoque.
Agrega que el amor, la moda, los atardeceres, las noches de luna
llena, la playa, el nacimiento de un niño, la sonrisa de una niña, conocer
nuevos lugares, la vida misma, son algunas de las cosas que la inspiran para crear
sus obras fotográficas.
“Me he sentido muy bien tratada y respetada. Todo depende el
carácter que le des a tu rol. Me siento muy feliz haciendo lo que hago y le
dedico lo mejor de mi criterio profesional. Motivo a las mujeres que les gusta
la fotografía que nunca teman, que avancen, que aprendan, que experimenten¨,
comparte la profesional del lente.
Que son hombres la mayoría de profesionales detrás del lente,
no le intimida. Al contrario, recomienda a las mujeres que se inician en el
oficio a no limitarse, identificar lo que desean e ir tras ello.
“Ser mujer tiene sus ventajas, nos permite conectar emocionalmente
con nuestros clientes; además de que la mayoría somos más detallistas,
prácticas, organizadas, intuitivas y espontáneas. Y esto agrega valor al
trabajo final”, afirma convencida.
Sobre la impresión de las fotografías, Dorrejo considera que es un poco retador por lo avasallante del mundo digital. Pese a ello favorece imprimir el trabajo. ¨Te permitirá trascender a través del tiempo y en el futuro otras generaciones disfrutarán de la historia que hay en cada entrega¨, expresó.
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